Preguntas frecuentes
¿Cómo funciona la asistencia médica para los mayores dentro del Residencial Alvarado?
En nuestro Residencial Alvarado para la Tercera Edad, observamos absolutamente todas las leyes inherentes a esta clase de instituciones, razón por la cual, conforme a la ley sobre LOS DERECHOS DEL PACIENTE, los profesionales que actúan como médicos de cabecera de las personas que asistimos, son LIBREMENTE ELEGIDOS por ellos y/o sus familiares. Quienes ingresan a nuestra institución, deben contar con cobertura médica provista por sus respectivas Obras Sociales, también elegidas libremente, para ser cubiertos en todos los gastos correspondientes a su salud médico asistencial. Esto significa que nuestra institución no impone profesional alguno como médico de cabecera a las personas mayores que viven en el Residencial, pero contamos con un Servcio de Enfermería las 24 horas, y con un director médico, que trabajan coordinadamente en la revisión diaria de signos vitales, evacuaciones, higiene, control de medicación.
¿Qué grupo de personas mayores son asistidos en el Residencial?
El Residencial Alvarado para la Tercera Edad, brinda una opción de vida para personas mayores que por diferentes motivos, corren riesgos de accidentes doméstivos, ya sea por vivir solos, o no contar con una persona que se encuentre capacitada para poder atenderlos, o bien por residir en una vivienda no adaptada a sus nuevas necesidades (propias del paso del tiempo). Para este grupo de personas, ha sido pensado nuestro residancial, de manera de ofrecerles la posibilidad, de vivir en un lugar armonioso, ambientado con todos los cuidados necesarios para procurar contenerlos incluso a nivel emocional.
Existen grupos de personas mayores, que no necesitan asistencia personalizada para realizar sus actividades diarias y que por ende, no representan un sector de riesgo en cuanto a accidentes domésticos. Para este grupo de personas, nuestra institución brinda servicios de control de salud en general y la posibilidad de internación "provisoria" en el Residencial, en pos de hacer un seguimiento de la evolución del paciente. Esto es muy común, en el caso en que la persona mayor necesite subir su peso y procurar mantenerlo.
¿Cuándo y por qué es necesaria una institución para nuestros mayores?
Antiguamente el promedio de vida de las personas, oscilaba entre 30 y 35 años. Pero la ciencia y la tecnología han avanzando de modo que la esperanza de vida se incrementó a un promedio de 76 años (que por supuesto varía conforme el país del que se trate).
Ha habido así también un cambio sustancial entre la situación del “anciano de antes” y el “anciano de ahora”. El anciano antes tenía un “corto periodo de vida“, y pasaban sus últimos días “en casa “. Hoy con los avances de la ciencia, la vida se prolonga gracias a nuevos estudios, medicamentos y cuidados especiales. En tiempos pasados, la familia era diferente en su sistema de vida ya que la mujer (madre) permanecía en el hogar al cuidado del mismo, mientras que el hombre se dedicaba al trabajo para mantener al grupo familiar y cubrir sus necesidades.
Los tiempos fueron cambiando radicalmente, y a la fecha, salvo raras excepciones, ya no es posible conseguir el sustento del hogar con tan solo los ingresos producidos por el jefe de familia. En esta situación, han tenido influencia deferentes factores socio-económicos, como ser: la tecnología y la instauración de una mentalidad altamente consumista, las políticas propias del capitalismo, derivando todo esto, en un sistema de vida familiar totalmente nuevo. El hogar se transformó en un lugar “de paso” donde muchas veces los horarios impiden compartir incluso algunas actividades importantes como simplemente almorzar en familia. Las actividades y necesidades de los hijos son mayores y es hoy mucho más frecuente que tanto el padre como la madre trabajen. La comunicación y reuniones familiares en el hogar son menos frecuentes, por lo que la presencia de un anciano en el hogar, se transforma en dificultosa.
¿Cómo controlar las necesidades básicas de un anciano, (sea su medicación, su alimentación, su higiene, signos vitales, etcétera)?
Los extremos de la vida son parecidos y muy diferentes al mismo tiempo, cuando nacemos, nuestra presencia comienza con un imponente grito (para poner en funcionamiento por primera vez nuestros pulmones) y con nuestras manos cerradas producto de la fuerza que hemos experimentado para poder ver por primera vez el mundo. Pero mientras envejecemos, perdemos paulatinamente la voz y muchas otras cualidades. Cuando nacemos, somos una esperanza de vida. Día a día crecemos y nos hacemos más fuertes, nos cuidan, nos higienizan, nos dan de comer en la boca, nos llevan a un jardín materno – infantil, o a una guardería, (si es que no hay quien pueda ver por nosotros en casa), hasta llegar al inicio escolar. Increíblemente, a medida que pasan los años, volvemos a esa situación de vulnerabilidad que nos transforma nuevamente en frágiles, envejecemos y experimentamos una etapa muy similar a la de nuestra niñez. ¿A qué madre se le ocurriría dejar que su niño pequeño haga todo solo?, todos sabemos que debe estar controlado por la madre u otra persona CAPACITADA en la atención y cuidado del niño. Siguiendo con este paralelismo de ideas, lo mismo debe suceder con los ancianos, con la gran diferencia que un niño cada día evoluciona, aprende y se hace cada vez más fuerte e independiente, en cambio el anciano, cada día que pasa involuciona un poco más, le cuesta aprender, olvida lo aprendido y se vuelve más débil. A un niño es sencillo bañarlo por su pequeño tamaño y poco peso, sus huesos son fuertes y flexibles a la vez, mientras que una persona mayor pesa más que un bebé, sus huesos son muy frágiles (huesos en vidrio), y dependiendo de sus dolencias, su estatura y su estabilidad, movilizarlo incluso para asistirlo con un baño, puede volverse todo un desafío que no cualquier persona puede afrontar.
Si tenemos el concepto de dar a nuestros hijos el mejor cuidado, atención y educación posible, ¿por qué no hacerlo con nuestros mayores?
Existen alternativas y necesidades para cada tipo de situación, esto varía según la edad, enfermedades y el estado físico – psíquico y clínico de cada persona. Existe un tiempo para estar y participar en un CLUB DE MAYORES, un tiempo para DEPARTAMENTOS PROTEGIDOS y un tiempo para un RESIDENCIAL GERIÁTRICO. Nuestra institución, FUNDACIÓN NASHER está presente para tratar de apoyar y dar solución a cada problema y en cada situación en el ocaso de nuestra vida.